Las decisiones correctas empiezan con la gestión de riesgos mayores
Las organizaciones de clase mundial creen firmemente que, para tomar decisiones estratégicas, es necesario gestionar oportunamente los riesgos principales o mayores que podrían afectar drásticamente los resultados proyectados. Esto, sin duda, va más allá de cumplir simples KPI’s, que en aspectos de Desarrollo Sostenible a veces son catastróficos e irreversibles. Por ejemplo, alta tasa de accidentabilidad por pérdidas de vidas humanas, conflictos sociales que dañan terriblemente la imagen y reputación y deterioro de la confianza de los accionistas.
Por esta razón, muchas de estas empresas tienen definido principios fundamentales dentro de su estrategia empresarial tales como: Visión, valores, código de ética, modelo operativo acorde a su giro de negocio, proceso de gestión de riesgos operativos, estándares de control de fatalidades, reglas de oro, verificación de controles críticos, estándares y procedimientos operativos, aseguramiento gerencial de los riesgos mayores, análisis y reportabilidad, mecanismos para gestionar quejas y reclamos, etc.
Todas estas herramientas son controles administrativos dentro del modelo operativo que deben ser identificadas y elaboradas desde etapas tempranas en el planeamiento y diseño. Solo así durante la ejecución funcionarán como “apalancadores” en la gestión de Sistemas y Personas. No obstante, esto no será suficiente. Se necesita “Liderazgo Visible y Disciplina” desde los niveles más altos de la organización que en suma serán los motores que harán que las palabras se traduzcan en resultados concretos y sostenibles.
Por esta razón, debe existir clara conciencia en todos los niveles de la organización que la toma de decisiones estratégicas, tácticas y operativas, deben estar soportadas en Evaluaciones de Riesgos Formales que no solo incluirán controles preventivos sino también tener definidos fuertes controles de mitigación (Planes de Respuesta) y con asignación de dueños específicos (Alta Gerencia) para enfrentar posibles emergencias y/o crisis, de modo tal que se asegure la continuidad del negocio minimizando las pérdidas directas o indirectas.
Para terminar, los altos directivos de una organización, tienen la gran oportunidad de basar sus decisiones en función de los riesgos mayores y priorizando los recursos necesarios en lo más crítico. Solo de esta forma se garantizará que las probabilidades de falla en los niveles inferiores sea casi cero.