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Energías Renovables, Petróleo, Centros de Datos y Sostenibilidad Global


“Solo el que ensaya lo absurdo es capaz de conquistar lo imposible". Miguel de Unamuno.

Estas dos últimas semanas han sido jornadas llenas de eventos académicos y discusiones técnicas sobre el papel de las políticas públicas en la sostenibilidad del planeta, pasando por los desafíos de la comunidad financiera internacional para sus nuevas exigencias de inversión, hasta la revisión de normatividad aplicada a la gestión del cambio climático, por ejemplo y el impacto de las Centrales de Datos de las grandes multinacionales tecnológicas. Ello me ha tenido viajando de Barcelona a Madrid, Málaga y Bilbao, con estadías breves en Santander y Zaragoza.

Hay un denominador común que domina el espectro local, regional, nacional, hasta el mundo corporativo e institucional. Desde las organizaciones de base, pasando por los jóvenes entusiastas y promotores de nuevos cambios, hasta autoridades formalmente elegidas y funcionario públicos junto a empresarios y académicos tienen claro que no hay vuelta atrás: la transición energética está al centro de la sostenibilidad del planeta.

Lo que les preocupa a casi todos es una acción más generalizada y urgente que marque la pauta operativa en dos mundos interdependientes: Clima y Nuevas Tecnologías. Lo que me comentan las autoridades y profesionales entrevistados es que los ODS 2030 son el norte estratégico y los indicadores y metas, pero aún falta una regulación global que promueva la práctica, fomente nuevos emprendimientos en ello y catalice acciones que codiseñen una nueva estructura institucional y social entre clima y nuevas tecnologías.

Lo que les preocupa es la gestación de una especie de revolución plena que se adapte al devenir y omnipresencia de esa intersección entre la sostenibilidad del planeta y la transformación digital. Ello involucra aspectos como Cambio Climático e Inteligencia Artificial; Fintech y Blockchain con promoción de Energías Renovables; Internet de las Cosas, con 5G y Emprendimientos Sostenibles; Robótica y Futuro del Empleo; Cero Residuos, Género y Promoción de Inclusión Digital, entre otros temas.

He ido desde los niveles más operativos y pragmáticos, como el análisis, en Madrid, de la norma para el autoconsumo colectivo consignado en el Real Decreto de autoconsumo 244/2019 del pasado 5 de abril, pasando por un taller de tres días para la constitución de nuevos emprendimientos en el Startup Weekend Sustainability Revolution Barcelona, hasta la premiación de los galardones globales denominados “Frontera del Conocimiento” de la Fundación BBVA. Al final, culminé mi jornada con la participación en la III Edición del Biscay ESG Global Summit organizado por la Diputación Foral de Bizcaia con Deusto Business School, en el país Vasco.

Presento los resultados en una segmentación de temas independientes pero articulados entre sí con la idea de desarrollar el inicio de un ejercicio académico que nos lleve a construir un camino organizado de estos temas tan presentes en nuestra vida cotidiana. En mis próximas entregas comentaré a detalle cada uno de ellos.

Sostenibilidad Corporativa.

¿Cuál es el futuro del sector corporativo y cómo debe organizarse de manera interdependiente a la sostenibilidad global? Las finanzas éticas, la exigencia de una mayor y mejor Responsabilidad Social Corporativa (#RESENFO), el fomento de los reportes no financieros sostenibles, las consideraciones del cambio climático en las futuras grandes inversiones, entre otros temas, los están tocando a diario. Las empresas petroleras y del carbón; así como centrales nucleares tienen los días contados. Los grandes almacenes de prendas de vestir que promueven el fast fashion y los grandes supermercados que aun comercializan productos genéticamente modificados, por mencionar algunas, se encuentran frente a un serio cuestionamiento ético. La gran banca y los sistemas financieros globales; así como la industria armamentista vienen supervigilados y cuestionados por recurrentes Smart Mobs que cuestionan su naturaleza. Más temprano que tarde dejarán de ser negocios rentables para convertirse en un recuerdo de la historia económica de la humanidad. La empresa deberá, entonces, girar a verse involucrada en procesos públicos que tengan que ver con el bienestar general de sus stakeholders. Aquí el sector extractivo minero, por ejemplo, va a sufrir un cambio estructural interesante. En este último punto, en especial para América Latina y Africa.

Nuevos emprendimientos y startups.

El ecosistema de innovación, los sistemas de premiación y financiamiento, la sostenibilidad y viabilidad de las propuestas, los venture capital y angel investors, las nuevas tecnologías en ello, la compra y venta de energías a través de plataformas tecnológicas, la dinámica de los marketplace y el análisis del impacto de influencers, la incursión de fintech y plataformas de mejora de la salud pública, entre otros, son un denominador común del nuevo lenguaje de emprendedores. ¿Cuánto de ésto está vinculado con la sostenibilidad del planeta? ¿Cuánto de ello recibe atención y financiamiento realmente efectivo? ¿Su irrupción y dinamización progresiva debe seguir dándose de manera natural sin una propuesta reguladora más generalizada o que el mercado siga teniendo el control? Los cambios están naciendo aquí. En la historia de la humanidad y las grandes innovaciones revolucionarias, los cambios han nacido desde mentes curiosas y emprendedoras. Casi nunca desde las grandes empresas instaladas. Se necesita un mayor soporte de todos los gobiernos y organismos multilaterales para que este proceso se generalice y no cese.

La inteligencia artificial, robótica y el futuro del trabajo.

¿Cómo codiseñamos una regulación que aborde estos temas juntos? ¿O no es necesario hacerlo y debemos dejar libertad para que su propia dinámica los regule? ¿Qué están haciendo las universidades, centros de investigación y los gobiernos, al respecto, integradamente? ¿Va a afectar el futuro del trabajo el avance vertiginoso de Inteligencia Artificial y Robótica? ¿Es cierto que los knowmads serán la llave del futuro del empleo? ¿Cómo entrenar a las personas para que sus emociones no se vean afectadas, en algún modo, en entornos laborales donde se tendrá que convivir con robots? ¿Cuáles son los límites éticos en la creación de robots humanoides capaces de desarrollar casi todas las actividades humanas? Los escenarios futurísticos de ciencia ficción recogidos con mucha creatividad en programas como Black Mirror, por ejemplo, ya no lo son tales. Hay un desarrollo generalizado casi inevitable en esta temática que está cambiándolo todo. Su impacto desde China, Japón o Norteamérica, donde existen interesantes avances, frente al resto del mundo, merecen la pena estudiarse.

Las energías renovables y el cambio climático.

Es cierto que sigue siendo muy resiste la industria del carbón, petróleo y gas, por seguir siendo imprescindible para el transporte, la producción y la vida diaria. Solo el transporte de personas y bienes consume más del 30% de nuestra energía y aumenta cada año. Y aún más del 90% de los motores se alimenta de combustibles fósiles. Según algunas estimaciones las necesidades que tendremos de electricidad se duplicarán para el 2050. Allí se está trabajando para que como en los países nórdicos y Alemania, el precio de la electricidad caiga gracias al ingreso de las fuentes energías renovables. La Comisión Europea ya está trabajando para que el 2050 se llegue a Zero Net Emission de carbono. Hay 10 países europeos comprometidos en ello. La pregunta es ¿será suficiente solo con Europa? ¿Qué están haciendo China, India y Norteamérica, al respecto? ¿Cuál es el compromiso y aporte de Australia y Nueva Zelanda en ello? ¿Cuál es el impulso y políticas públicas que vienen gestándose en los países amazónicos de alta biodiversidad como Perú, Brasil, Colombia, Ecuador y Venezuela? ¿Qué se hace en Africa con ello? No hay duda ni cuestionamiento que Europa lleva la batuta en este asunto, pero, nuevamente, ¿será suficiente?

El nuevo transporte.

La nueva movilidad está al centro del debate. El transporte eléctrico será la mejor estrategia para disminuir el consumo de CO2. Pero no solo aquel transporte de nuestras ciudades con autos, buses o camiones de carga pesada que estén electrificados y reciban energía de fuentes renovables. No solo estamos hablando de políticas para consolidar Smart Cities. Lo son también y mucho más el transporte aéreo y marítimo. ¿Cuánto avance hay en ello? ¿Qué se está haciendo en Europa, América y Asia, donde gran parte del transporte aéreo y marítimo se dirige diariamente entre sus mercados? Es cierto que hay países como Noruega, donde la Compañía de Transporte Público de Oslo ya tiene pruebas efectivas con ferriesfuncionando a través de electricidad y que para el 2024, todos sus barcos serán electrificados. Sabemos que esto impactará mucho sabiendo que casi el 90% del comercio mundial se realiza a través de los mares.

Las “granjas de servidores” como Centros de Datos

Las granjas de servidores de Microsoft en todo el mundo consumen aproximadamente tanta electricidad como un pequeño Estado (Malta, por ejemplo), según Adina Braha-Honciuc, Gerente de Asuntos Gubernamentales de Microsoft. Y su proceso no se detiene. Google que, según Laura Franceschini, Responsable Global de Sostenibilidad de la empresa, afirma que cuentan con 14 Centros de datos en 4 continentes, operando con más de un billón de usuarios mensualmente activos y seguirá creciendo. Amazon con su alta diversificación y continuo crecimiento, no para de instalar Centros de Datos en diversas partes del mundo para sus procesos logísticos. Debido, entonces a esta digitalización, de algunas de estas empresas tecnológicas más importantes, serán ellas (y otras que aparezcan) los mayores consumidores de energía. Aquí hay un desafío de sostenibilidad. Según estudios empíricos desarrollados, para Tilman Santarius, una sola transacción de bitcoin consume tanta energía como lo hace 7 hogares alemanes por día (en promedio). Las preguntas son ¿cómo se puede ser digitalizados y sostenible a la vez cuando la digitalización consume más energía? Los datos casi se triplican cada año. Y esto será exponencial. La Internet de las Cosas y el 5G hará que cada vez esta dinámica sea más acelerada y se produzcan muchos más datos que deben almacenarse.

Las empresas petroleras al centro

Hay una claridad elocuente: Según el World Economic Forum, la era de la dominación del petróleo y el gas está llegando a su fin lentamente. Probablemente no será el colapso dramático que se pronosticó temerosamente hace 40 años, pero seguramente afectará a aquellos que no están preparados. A medida que el aumento de las energías renovables y los cambios en los patrones de uso de la energía cambian el panorama energético mundial a un ritmo vertiginoso, el riesgo para las economías que dependen de los ingresos de combustibles fósiles sigue aumentando. Entiéndase Venezuela, Rusia, la mayor parte de países árabes y otros pequeños productores. Noruega lo sabe muy bien y por ello su vertiginoso cambio a renovables.

Entonces, sin una hoja de ruta de transición energética, estas naciones podrían quedar varadas con recursos naturales, infraestructura, instituciones y capital humano totalmente inadecuados para un nuevo mundo donde las energías renovables, los trabajadores del conocimiento, las redes inteligentes y los vehículos eléctricos autónomos impulsen el crecimiento global. Esta es una era de cambio estructural. La Cuarta Revolución Industrial promete fusionar los mundos físico, digital y biológico, presentando oportunidades para un crecimiento extraordinario y mejores niveles de vida, acompañados por profundas transformaciones.

Breves Conclusiones

Como se verifica en lo narrado líneas arriba, es esta revolución tecnológica también la que está provocando una revolución energética con las energías renovables, eficiencia energética, ciudades inteligentes y almacenamiento de datos. Estas innovaciones están allanando el camino para un futuro más sostenible (o lo están complicando) e inclusivo para quienes tengan la capacidad de aprovechar el cambio. Sin embargo, para aquellas naciones que no desean o no pueden adaptarse, se les crea aun más incertidumbre. Aquí está el desafío de los gobiernos y organizaciones multilaterales en su acometida por construir un mundo más sostenible para todos.

Finalmente recuperamos la afirmación de la World Economic Forum al afirmar que “la capacidad de las economías ricas en combustibles fósiles y dependientes de estos recursos para adaptarse a los cambios futuros a menudo está parametrada por un modelo de crecimiento limitado e instituciones inflexibles. Para estos países, el momento de actuar es ahora. Si bien los efectos de una "revolución energética" pueden no sentirse durante décadas, los cambios necesarios en las políticas y las decisiones de inversión deberán tomarse mucho antes del momento en que los ciudadanos, los inversionistas y los responsables de las políticas públicas los sientan. Ya, las tendencias gemelas del cambio demográfico y el cambio climático están ejerciendo una presión política cada vez mayor en muchas economías ricas en combustibles fósiles para invertir en nuevas fuentes de oportunidades económicas y crecimiento".

Al parecer ninguna de estas megatendencias es probable que disminuya en su velocidad. Y la opinión pública en general está dirigiendo su mirada a ello en todos los aspectos de la vida cotidiana. ¿Cuánto deben hacer los Estados y cuánto el sector corporativo?

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